a. En 1982, Ronald Reagan era presidente de los Estados Unidos.
Puesto
que se trata de una oración declarativa, es sin duda una proposición/enunciado,
y efectivamente, tiene un valor veritativo (que uno puede determinar
investigando en libros de historia).
***
b. ¡Si todas las mañanas fuesen tan soleadas como ésta!
Dado
que se trata de una oración que expresa un deseo y no es una oración
declarativa, no es una proposición (no es ni V ni F, carece de valor de
verdad/veritativo)
***
c. Quince es un numero par.
La
oración es claramente una proposición. Y es falsa .
***
d. Si Carlos suspende esta asignatura, su padre se enfadara
Está
claro que es una oración verdadera o falsa (aunque no lo sepamos): es
proposición.
***
e. ¿Qué hora es?
no
es una proposición pues las preguntas (orac. interrogativas) no son ni V ni F.
***
f. 5 > 3
Es
una oración (aunque esté expresada en lenguaje matemático), es proposición y de
hecho es V.
***
g. Del Monumental a la historia de las glorias del fútbol.
Es
una situación más o menos similar a la del ejemplo de las mañanas soleadas: no
es proposición
***
h. Hasta el 30 de Junio de 2002, Arantxa Sánchez Vicario había ganado
tres veces el abierto de Francia
Independientemente
de que sea verdad o no, está claro que se trata de una proposición.
***
i. x + 3 es un entero positivo
Esta
oración, si bien tiene la estructura gramatical de una oración declarativa, no
podemos decir que sea verdadera o falsa, ya que ello depende del valor que tome
la variable x: sustituyendo la variable por determinados números será
una oración verdadera y por lo tanto un enunciado, y sustituyéndola por otros
números, idem pero falsa, y seguirá siendo un enunciado. Pero así como está,
con la variable, no es una proposición (parece pero no es).
Atención:
En casos como éste, que estemos o no delante de una proposición/enunciado
depende del contexto. Por ejemplo, supongamos que antes de esa oración
se había dicho: “Consideremos el caso de que x=5”. En ese caso, x ya no
es cualquier número, sino que está dicho que es el 5. El contexto, entonces,
convierte a esa oración en una proposición. (Para algunos contextos como éste
será V y para otros será F). (Explicar qué significa contexto).
Ahora
bien, como en nuestro ejercicio no hay ningún contexto que nos diga qué número
es x, es decir, dado que la oración se presenta aislada, no es (como se
dijo arriba) ni V ni F: no es enunciado. Aclaro: en este ejercicio usamos
indistintamente los términos enunciado y proposición. Usar los
dos así se acostumbran a ambas terminologías.
**
j. Carlos lo golpeó fuerte
Aunque
no lo parezca, este caso es virtualmente idéntico al anterior. Aunque es
gramaticalmente una oración declarativa, que afirma que Carlos golpeó fuerte a
alguien o a algo, no es proposición mientras no sepamos la denotación de “lo”
(Terminología: usar indistintamente los términos denotación y referencia,
así se acostumbran a las terminologías).
Es
decir: ¿ a qué se refiere el “alguien” o “algo” que mencioné en el párrafo
anterior? En el lenguaje común (castellano en nuestro caso) tenemos ciertas
palabras llamadas pronombres que se comportan igual que las variables
matemáticas (él, vos, ustedes, aquél, lo, la, le, etc.): si el contexto
no nos informa a qué o quién se refieren, la oración en que aparecen no puede
decirse que sea ni V ni F, con lo cual no es una proposición.
Una
vez más, si la oración está inserta en un contexto que nos da la información
faltante, la oración puede considerarse una proposición. Por ejemplo, si
dijera: “El tornillo estaba trabado. Carlos lo golpeó fuerte”, sabemos que “lo”
se refiere al tornillo, y ahora sí, estamos ante una proposición, pues “Carlos
lo golpeó fuerte” será V ó F.
Notar
entonces, para este caso y el anterior, que una misma oración puede ser
o no una proposición. Todo depende de la situación comunicativa en la que
aparezca (el contexto). La oración no es en sí misma una proposición o
no proposición, sino que el modo en que se la usa (el contexto)
determinará si es o no una proposición.
***
k. Le compró un regalo a María.
Este
caso es similar al anterior. En este caso no es debido a un pronombre, sino
debido a que en castellano se puede omitir el sujeto (la oración no dice quién
le compró un regalo a María). Es decir que lo que ocurre en casos en que el
sujeto está omitido es lo mismo que en los casos en que aparece un pronombre.
Ese tipo de sujetos omitidos se llaman en gramática “sujeto tácito” y también
“sujeto desinencial”
Incluso
podemos tener más de un pronombre, y podemos tener un caso de sujeto omitido
combinado con uno o más pronombres: Compró uno para ella. No sabemos
quién compró qué ni quién es “ella”. Una vez más, el contexto puede o no darnos
la clave para que sí se trate de una proposición.
***
l. Juan vio a Pedro en la oficina y lo saludó.
En
este caso, es una proposición pues es la propia oración la que provee la
información para determinar a quién se refiere el pronombre “lo”; no hace falta
ningún contexto para saberlo; indudablemente “lo” se refiere a “Pedro”.
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